Haití. Liberté, égalité, fraternité. Parte I.

Prólogo obligado.

Empecé a trabajar en este artículo una semana antes del terremoto del 12 de enero. Las escenas que desde entonces vi me obligan a separar en dos partes este post que hace mucho tiempo tenía la intención de publicar. Creo que,aunque la naturaleza es ingobernable, lo que queda a los hombres, las acciones, la esperanza o la desesperanza, la distribución y la eficacia de la ayuda, en fin, todo lo que estamos viendo sin entender, todo lo que está pasando aquí y ahora, tiene una raíz y tendrá sus consecuencias en el futuro cercano. Espero hacerme entender en estas próximas líneas.

A fines del siglo XVIII, la colonia francesa de Saint Domingue era la más floreciente de las colonias del nuevo mundo. En una superficie similar a la de Bélgica producía azúcar, café, añil y algodón en cifras que doblaban a las de todas las colonias británicas del Caribe. Esta inmensa fuerza económica se apoyaba en una población compuesta por 30.000 blancos, 25.000 mulatos y negros libres y una masa de esclavos superior a los 300.000.
Con las noticias llegadas desde Francia respecto del triunfo de la revolución, el clima de Saint Domingue comenzó a enrarecerse. En un principio los negros y mulatos libres, llamados gens des coleurs, descontentos con las leyes discriminatorias que pesaban sobre ellos y ante la negativa a concederles los Derechos del Hombre recientemente promulgados contribuyeron aún más a fomentar esa situación. Por su parte, Inglaterra, en guerra con la Francia republicana, acicateaba los ánimos y promovía desde las sombras un levantamiento de los esclavos que debilitara a las colonias francesas y, consecuentemente, a la economía de Francia.
Finalmente, la rebelión estalló en agosto de 1791. En Bois-Caimann, un sacerdote vudú, Dutty Boukman, realizó la ceremonia que daba inicio a la revuelta que se esparció rápidamente por toda la isla. Los plantadores blancos intentaron contenerla, pero, aunque ejecutaron a Boukman, la rebelión no se detuvo. Aquí entra en escena un esclavo, cochero de su amo, llamado a ser el padre de la patria haitiana. Touissant de L´Overture aparece como comandante de esclavos armados en 1792. Pronto, Touissant se volvió el lider de las milicias haitianas, muy considerables en número, con guerreros angolanos y congoleños y con algunos generales veteranos de la guerra de independencia de Estados Unidos, como Henri Christophe. Touissant primero sirvió en la corona de España por oposición a los republicanos que no aceptaron la rendición de los rebeldes negros, aunque luego de que la Convención declarase abolida la esclavitud en todas sus formas, regresó al seno de Francia con 4.000 hombres de línea.
Saint Domingue se convirtió en un campo de batalla más de la guerra en Europa y Touissant tuvo que defender con sus hombres la colonia contra una invasión británica a gran escala, obligándola a capitular luego de provocarle 20.000 bajas. Al mando de un creciente y disciplinado ejército, Touissant se convirtió en gobernador de facto y aún pudo conquistar la parte oriental de la isla aboliendo allí también la esclavitud.
Como gobernante vio la necesidad de reactivar la afligida economía de la isla y para ello obligó a los antiguos esclavos a retornar a las labores agrícolas, abandonadas luego de su liberación e invitó a los colonos blancos a volver a Saint Domingue ya que estos conocían las técnicas de mantenimiento de los canales que habían hecho que la colonia produjera mucho más en un terreno más pequeño. Ahora, una cuarta parte de los ingresos de las plantaciones iba a los trabajadores. Se prohibió el castigo corporal y se estableció una jornada laboral de nueve horas. Haití comenzó a recuperar su economía y la recaudación “estatal” se utilizó para construir caminos, levantar escuelas y armar su ejército.
La independencia de Haiti era un hecho en la práctica pero Touissant se cuidó de no cortar los lazos con Francia. Respetaba y hacía respetar las instituciones francesas y promovía entre sus conciudadanos la exaltación de Francia. Pero Europa estaba lejos y Haití necesitaba comerciar para vivir. Los ingleses propusieron un acuerdo comercial que a Touissant no le quedó más remedio que aceptar. Los términos del tratado fueron publicados en Londres y se tergiversaron los hechos para hacer aparecer a L´Ouverture como un agente inglés dispuesto a independizar a la colonia sembrando la desconfianza entre Saint Domingue y su metrópoli.
Touissant todavía tuvo que lidiar con la rebelión de Rigaud, un general mulato de gran valor que controlaba el sur del país al que finalmente venció.

Apremiado por la urgencia de colocar los productos agrícolas de la isla y decepcionado con los ingleses, L´Ouverture volteó a Estados Unidos. Este país tenía gran interés en que Saint Domingue no volviera a caer en manos de Francia ni tampoco fuera conquistada por Inglaterra, pero debía hallar la forma de no enfrentar a las dos grandes potencias de la época. Alexander Hamilton le propuso a Touissant que Saint Domingue se convirtiera en un país independiente a cambio de su amistad y comercio e incluso le propuso una constitución que fue la base de la sancionada en 1801. Algo muy parecido al concepto de “estado tapón” aplicado veintiséis años después al Uruguay por propuesta de Gran Bretaña.
En 1801, la Paz de Amiens puso fin a las hostilidades entre Francia, ahora bajo Napoleón, e Inglaterra. Libre de conflictos en Europa, Napoleón armó una enorme expedición para recuperar Saint Domingue y las demás antillas francesas y puso al mando al marido de su hermana, Víctor-Emmanuel Leclerc.
En un principio, la resistencia haitiana contra los invasores fue controlada y uno a uno, los generales de Touissant se fueron rindiendo o pasando al enemigo hasta que el propio líder se entregó. Se le permitió retirarse a su finca creyendo que la esclavitud no sería restablecida en la isla, pero, temerosos de su influencia en las masas, fue enviado a Francia junto con su familia. Confinado en la fortaleza de Joux, en los Alpes, murió de neumonía el 7 de abril de 1803.

Fuentes:

Carlos Wesley. 215 años después: La deuda con la primera nación libre de Latinoamérica.

J. Damu, Peter Hallward, Franklin W. Knight. The revolution in a nutshell.

The History of Touissant Louverture.

martes, 19 de enero de 2010 1 Comment

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